¿Por qué me dedico a la terapia?
Me gusta trabajar como terapeuta porque es un trabajo humano, sutil y profundo a la vez. Aun asumiendo mi rol y responsabilidad profesional, esto no me hace situarme «por encima», sino en un plano horizontal. Desde ahí nos reconocemos; desde ahí puedo acompañar.
Me gusta decir que el espacio terapéutico es como un espacio de ensayo para la vida. Lo que sucede en terapia no sucede en otro lugar de la misma manera. Y eso es clave en un mundo en el que la tendencia es repetir patrones, por la propia construcción caracterial. Para cambiar hay que poder generar otros imaginarios posibles, no solo a nivel de pensamiento, sino desde el sentir corporal y emocional, incluso trascendental. Por eso la parte experiencial y vivencial que ofrece la Terapia Gestalt puede ser y es tan transformadora, nos atraviesa.
Durante mi desarrollo personal y profesional, alrededor de los 25 años, aumenta mi interés por el conocimiento intrapsíquico y el acompañamiento a personas a nivel psicoterapéutico. Me formo para ello y poder ejercer mi labor profesional como terapeuta. Así, en el 2019 completo la formación que me acredita e inicio el acompañamiento psicoterapéutico en consulta privada. Como psicoterapeuta, mi principal orientación es gestáltica, trabajando desde un enfoque humanista e integrativo, aunque mi estilo profesional se nutre de todo mi bagaje, el cual alberga otros conocimientos, perspectivas, propuestas.
A nivel grupal, también he desarrollado propuestas de amplitud de conciencia, combinando la terapia con las artes expresivas.
Acompaño a personas diversas, en sexo, género, edad, origen, clase y estatus social, teniendo en cuenta todas las variables y condicionamientos personales y sociales.